El acortamiento del tendón de Aquiles es una condición frecuente en personas con alteraciones del patrón de marcha como el toe walking idiopático (caminar de puntillas), y puede tener un impacto directo en la biomecánica del pie y la aparición de dolor. En un estudio publicado en Revista de Neurología por López López et al. (2021), se observa una relación clara entre el acortamiento del tendón, los dedos en garra y el dolor, destacando la importancia de abordarlo de forma temprana y eficaz.
¿Qué implica el acortamiento del tendón de Aquiles?
Cuando el tendón de Aquiles pierde longitud y elasticidad, limita el movimiento de dorsiflexión del tobillo. Esto obliga al cuerpo a compensar en otras estructuras del pie y la pierna, lo que genera adaptaciones patológicas como deformidades digitales, dolor en la planta del pie o sobrecargas en la zona lumbar y rodillas.
Cambios posturales asociados
El acortamiento del tendón de Aquiles provoca un patrón de apoyo anterior, lo que favorece una marcha ineficiente y desgastante. Las personas con esta disfunción tienden a presentar hiperactividad de los músculos flexores de los dedos y rigidez en la musculatura posterior de la pierna.
Dedos en garra y deformidad del pie
Uno de los signos clínicos más evidentes en estos casos es la aparición de dedos en garra, una deformidad progresiva que compromete la función del antepié. Estas adaptaciones responden a una distribución anómala de cargas derivada de la tracción continua del tendón corto.
Evaluación clínica del tendón de Aquiles corto
Un análisis biomecánico completo es esencial para identificar la disfunción del tendón y sus repercusiones. En Taller Humano, centro de podología en Madrid, realizamos estudios de la pisada para evaluar con precisión el rango de dorsiflexión, la actividad muscular compensatoria y los efectos sobre la marcha.
Pruebas funcionales clave
- Test de Silfverskiöld para diferenciar el origen muscular vs tendinoso del acortamiento.
- Observación de la marcha y análisis de apoyo plantar.
- Palpación del tendón para detectar puntos dolorosos o retracción.
Evaluación complementaria
Además de la observación postural y dinámica, pueden valorarse pruebas ortopédicas específicas y mediciones de longitud funcional para cuantificar el grado de acortamiento del tendón.
Estrategias terapéuticas para el acortamiento del tendón de Aquiles
El tratamiento debe ser personalizado e interdisciplinar. Un abordaje eficaz combina técnicas manuales, ejercicios específicos, y en algunos casos, el uso de plantillas personalizadas o plantillas a medida.
Intervenciones principales
- Ejercicio terapéutico: estiramientos activos y progresivos del tríceps sural, ejercicios de carga excéntrica y control motor.
- Terapia miofascial: liberación del tejido conectivo para mejorar la elasticidad del tendón y la movilidad global del miembro inferior.
- Punción seca: útil en los casos en que se detectan puntos gatillo activos en sóleo o gemelos.
- Terapia manual: movilizaciones articulares de tobillo y pie para recuperar la dorsiflexión.
Rol de las ortesis plantares
Las plantillas personalizadas permiten redistribuir la carga, mejorar el apoyo y evitar sobrecargas en la región anterior del pie. En niños con marcha en puntillas o adultos con dolor plantar persistente, pueden formar parte de un plan terapéutico eficaz.
Cómo se manifiesta el dolor por tendón de Aquiles corto
El dolor por acortamiento de Aquiles puede aparecer en distintas zonas: en el propio tendón (dolor traccional), en la planta del pie (dolor mecánico por sobrecarga) o en las articulaciones proximales como la rodilla o la cadera, por alteración de la cadena cinética.
Zonas comunes de dolor
- Inserción del tendón de Aquiles en el calcáneo.
- Cabezas metatarsales por sobreuso compensatorio.
- Región lumbar, especialmente en adultos que no han corregido esta disfunción en la infancia.
Enfoque integral desde la fisioterapia y podología
En Taller Humano, si buscas un fisioterapeuta en Madrid con experiencia en biomecánica, combinamos técnicas avanzadas de fisioterapia con la valoración podológica para tratar de forma integral el acortamiento del tendón de Aquiles.
También puedes consultar nuestro artículo sobre la relación entre fascitis plantar y tendón de Aquiles, donde abordamos en detalle esta interacción frecuente en deportistas y personas con mala mecánica del pie.
Conclusión: detectar y tratar el acortamiento del tendón de Aquiles
El acortamiento del tendón de Aquiles no es solo una alteración estructural, sino una disfunción que puede desencadenar dolor y deformidades como los dedos en garra. Identificarlo a tiempo y aplicar tratamientos como el ejercicio terapéutico, la terapia miofascial o las plantillas personalizadas, permite restablecer el equilibrio funcional del pie y mejorar la calidad de vida de la persona.
Bibliografía
López López J, Pulido Valdeolivas I, Martín Gonzalo JA, de Gorostegui A, Pérez Villena A, Abenza Albidua MJ, et al. Pain and Achilles tendon shortening in patients with idiopathic toe walking. Rev Neurol. 2021;73(9):307-314. doi: 10.33588/rn.7309.2021228





