El síndrome miofascial y dolor crónico es una de las causas más comunes de dolor musculoesquelético persistente. Se caracteriza por la presencia de puntos gatillo miofasciales, zonas sensibles dentro del músculo que pueden irradiar dolor y generar disfunción en el movimiento. Este cuadro clínico, a menudo subestimado, afecta a personas activas y sedentarias por igual y requiere un abordaje terapéutico específico para lograr una mejora significativa.
¿Qué es el síndrome miofascial y por qué causa dolor crónico?
El síndrome de dolor miofascial (SDM) es una condición musculoesquelética que se manifiesta a través de puntos gatillo musculares. Estas zonas hiperirritables pueden ser palpadas como nódulos firmes y generan dolor referido, debilidad muscular y limitación funcional.
Puntos gatillo musculares: el núcleo del síndrome miofascial
Los puntos gatillo pueden formarse por múltiples factores: sobrecarga mecánica, estrés postural, traumatismos, fatiga muscular o alteraciones metabólicas. Su presencia mantenida en el tiempo puede convertirse en una causa común de dolor muscular crónico que no responde a tratamientos convencionales.
Mecanismos fisiopatológicos del dolor miofascial
Se ha propuesto que el mantenimiento del punto gatillo implica cambios en la placa motora, liberación sostenida de acetilcolina y una disminución del umbral de activación nociceptiva. Esto convierte al síndrome miofascial y dolor crónico en una entidad compleja que requiere intervenciones locales y globales.
Diagnóstico del síndrome miofascial y dolor crónico
El diagnóstico sigue siendo clínico. La exploración mediante palpación profunda revela bandas tensas musculares con uno o varios puntos gatillo activos, responsables del dolor referido y la disfunción.
Exploración clínica: el papel de la fisioterapia
Un fisioterapeuta experto puede identificar la presencia de estos puntos gatillo a través de la exploración manual y pruebas funcionales. Este proceso es esencial para diferenciar el síndrome miofascial de otras causas de dolor crónico.
¿Cuándo sospechar de un punto gatillo?
- Dolor profundo y persistente.
- Empeora con el uso muscular repetitivo.
- Mejora parcialmente con descanso.
- Dolor que se irradia a distancia sin una causa neurológica aparente.
Opciones de tratamiento para el síndrome miofascial y dolor crónico
El tratamiento debe ser personalizado y multifactorial. Las intervenciones más efectivas combinan técnicas manuales, estrategias activas y abordaje de factores perpetuantes.
Terapia miofascial y punción seca para el síndrome miofascial y dolor crónico
Ambas técnicas son fundamentales. La terapia miofascial se enfoca en liberar las restricciones de los tejidos blandos mediante técnicas manuales específicas, mientras que la punción seca permite inactivar directamente los puntos gatillo con una aguja fina. Estas técnicas son muy efectivas en el contexto de Fisioterapia en Madrid, especialmente cuando se integran dentro de un plan de tratamiento más amplio.
Ejercicio terapéutico y reeducación del movimiento
Una vez disminuido el dolor, el ejercicio terapéutico es imprescindible para restaurar la función. Movilizaciones, trabajo de control motor y fortalecimiento progresivo reducen la posibilidad de recurrencia. En muchos casos, se acompaña de estrategias centradas en mejorar la movilidad del psoas, el control lumbar y la estabilidad lumbopélvica, tal como abordamos en este enlace sobre dolor lumbar y psoas.
Otras técnicas eficaces en el abordaje del dolor miofascial
- Terapia manual para liberar estructuras asociadas.
- Neuromodulación percutánea para casos resistentes.
- Educación en neurociencia del dolor como herramienta para reducir la sensibilización.
Podología y estudio de la pisada
En ciertos casos, una alteración biomecánica del pie puede desencadenar o perpetuar disfunciones miofasciales. El estudio de la pisada y el uso de plantillas personalizadas pueden ser útiles para mejorar el patrón de movimiento y prevenir la sobrecarga.
¿Por qué es tan común el dolor miofascial?
La combinación de sedentarismo, estrés, movimientos repetitivos y malas posturas ha hecho del síndrome miofascial y dolor crónico un problema de salud pública. La clave está en abordarlo de forma temprana y con criterios científicos claros.
Conclusión: tratamiento integral del síndrome miofascial y dolor crónico
El síndrome miofascial y dolor crónico es una condición tratable si se aborda correctamente. La combinación de técnicas como la terapia miofascial, la punción seca y el ejercicio terapéutico bajo la supervisión de un fisioterapeuta en Madrid puede suponer un cambio radical en la evolución del dolor. Identificar los puntos gatillo, tratarlos adecuadamente y trabajar sobre la función son pilares del éxito clínico.
Bibliografía
Urits I, Charipova K, Gress KL, Schaaf AM, Gupta S, Kiernan H, et al. (2020). Treatment and management of myofascial pain syndrome. Best Pract Res Clin Anaesthesiol, 34(3):427–448. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33004157/